El sistema linfático realiza una doble función en nuestro cuerpo, las cuales consisten en:
- Protege: Modula la respuesta del sistema inmune a bacterias, virus y otras sustancias que considera ajenas al cuerpo, y evitar llegar al interior del organismo.
- Depura: Elimina de nuestro organismo sustancias de deshecho las toxinas que no benefician al cuerpo.
La segunda función ayuda a evitar que se acumulen líquidos y la absorción de grasa y vitaminas solubles desde el aparato digestivo para viajar mediante el sistema circulatorio.
El drenaje linfático es un masaje, ligero y suave, realizado sobre el sistema circulatorio, que tiene como objetivo movilizar todos los líquidos de nuestro organismo, facilita la eliminación de sustancias de deshecho que van acumulándose dentro del líquido que ocupa el espacio las células.
Una de las principales aplicaciones del drenaje linfático, es en la retención de líquidos, y aunque en la medicina estética también es utilizada en tratamientos como celulitis, edemas, problemas de circulación, procesos de cicatrización, piernas cansadas, el acné, etc.
Beneficios del drenaje linfático:
- Reduce la inflamación.
- Ayuda a reabsorber líquidos.
- Mejora las defensas del organismo.
- Tiene una acción sedante sobre el dolor.
- Contribuye un efecto de relajación al cuerpo, se recomienda para situaciones de estrés.
El drenaje linfático es un excelente tratamiento para la piel, favorece a una mejor circulación de la sangre, evita la formación de bolsas y arrugas. El masaje dependerá del tipo de problema que se tenga, en promedio pueden necesitarse hasta diez sesiones para que los resultados sean notorios.
El drenaje linfático también ayuda en procesos postoperatorios derivados de intervenciones de cirugía estética, contribuye a acelerar la curación de los tejidos, y evita que se produzcan edemas, reduce la inflamación, dolor y beneficia a que la calidad de la cicatriz sea mejor