Activar los 5 sentidos una estrategia muy fácil de aplicar para contrarrestar el estrés. Es una manera especial en el cual sincronizamos los canales del olfato, la vista, el oído, el gusto y del tacto con estímulos relajantes, que beneficia nuestro cuerpo, pero a la vez, esto también ayuda a calmar nuestra mente y calmar la presión de nuestros pensamientos. Trata de una estrategia “defensiva” para nuestro cerebro mediante la cual estimular es aportarle paz y bienestar.
Ocasionalmente, las acciones más simples que se realizan son las más nos benefician y nos ofrecen mejor y mayores resultados. Debemos tener en cuenta que, a la hora de resolver el estrés en el cuerpo y mente, tenemos al alcance más de una teoría, terapia y perspectiva con los que podemos aprender la manera correcta a poner en primer plano y mejorar el enfoque de nuestros pensamientos. Todos y cada uno de ellos son igual de válidos, ninguno es más ni es menos, pero en ocasiones, las estrategias primordiales son las que mejor nos ayudan.
Balance con estímulos
Las emociones y experiencias pueden cambiar dependiendo de cómo usemos nuestros sentidos. Si nos permitimos que con estímulos relajantes interaccionen entre sí, hallaremos una armonía interna. Aumenta la atención, concentración, curiosidad, el deseo por el aprendizaje y fomenta el pensamiento lógico. Ayuda a la estimulación para la comunicación no verbal y ayuda a generar el desarrollo a las relaciones positivas.
Todo esto se basa sencillamente en hacer buen uso de aquello que la naturaleza nos ha ofrecido: cuerpo, organismo, los extraordinarios 5 sentidos. Mencionar que los descuidamos en ocasiones, olvidamos el poder que hay en ellos y los dejamos completamente de lado. De hecho, no somos conscientes totalmente de toda la información y energía que nos transmiten, del universo fascinante de sensaciones y percepciones en nuestro mundo.
Estimular nuestros 5 sentidos y usarlos para vencer el estrés es posible, lo necesario que es para relacionarnos de una mejor con nuestro entorno. De ese modo, nosotros elegimos qué estímulos pueden ser más favorables con el objetivo de invertir en nuestro equilibrio interno, en nuestro bienestar mental.